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domingo, 18 de octubre de 2015

A MAR



A MAR

Te gusta observarme cuando miro a la mar.
Me ves como ausente,
misteriosa
y te preguntas
en dónde estaré,
a qué estrella me habré subido ahora.

Pero a veces, aunque parezca ausente estoy aquí,
más aquí que nunca,
porque la mar, con sus aguas frías
que espantan al más feo de los feos pensamientos,
me trae de vuelta
… y te veo en el horizonte.

Hoy quisiera ser como la mar para ti,
esa mar en la que te gusta sumergirte
para aliviarte y descansar
cuando regresas del mundo.

Las aguas frescas en los días calurosos
que te espantan el calor y los miedos,
las que te remueven los conflictos y te relajan.

Como la mar, que sensual y amorosa,
te acaricia suave los pies cuando caminas por la playa
y te canta una canción de susurros de olas rompiendo en la orilla
para acompañarte los sueños en las noches.

La que te abraza y te envuelve y te seduce
con sus cuevas profundas cubiertas de algas, caracolas y besos
donde te encanta entrar y jugar a recorrernos,
a andarnos por la piel,
sendero tras sendero,
bebernos las sonrisas,
llegar juntos al cielo.

Hoy quisiera ser como la mar para ti,
esa mar, que con su horizonte lejano te anima a aventurarte.
La que te inspira con sus puestas de sol y sus preciosos atardeceres.

Como la mar, que siempre está…

La que a veces te revuelca y te saca de tu mundo
a visitar otros mundos y te lleva con su barquito de vela
a otros reinos más allá de tus sueños.

Pero, no está siempre la mar en calma
ni está el cielo siempre azul.
Hay días grises, tormentosos.

¿Seguirás siendo la orilla para mí cuando haya mar de fondo?
¿Sabrás sostenerme cuando me rompa en fuertes olas?

¿Querrás mantenerte a bordo cuando el movimiento de las aguas haga tambalearse la barca?

Tatiana Rodríguez

Fotografía: J. Freddie Fuentes
https://500px.com/fuentesrodriguezjuan

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