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domingo, 18 de octubre de 2015

llegandO a lA VidA



Ella le dijo que se iba a dar una vuelta,
que hacía rato que no hablaba con las hadas,
que no se quedara esperándola, que saliera él también
porque en la espera puede ser que se le nublara el corazón
y cuando regresara tuviera los ojos llenitos de escamas y ya no la reconociera.
Caminó por la montaña
subiendo de una estrella a la otra
y se encontró con las hadas que le preguntaron que qué hacía allí,
que su lugar estaba abajo, en la playa
así que se bebió el viento que le soplaba en la cara
y desandó lo andado,
que es solo un decir
porque nunca lo andado se puede desandar,
volvió por las mismas estrellas, saltando de la otra a la una
pero ella no era ya la misma
porque se había bebido el sol y el viento
y la brisa de la montaña le había tostado la piel y el alma
y cuando llegó a la playa encontró una piedra blanca lisa y enorme
donde se tumbó a ver pasar las nubes.
Las sirenas le cerraron los ojos
y la llenaron de historias, de poemas y de cuentos.
Y allí bajo el cielo entendió
que ya no hacía falta sentarse a meditar
que dios estaba en la vida.

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